Un espectáculo de Hernán Gené a partir de La Tempestad, de William Shakespeare.

Sufrí con los que ví sufrir. La tempestad, acto I, escena 2.

Ficha artística:

Dramaturgia y dirección: Hernán Gené.
Intérpretes: Hernán Gené y una actriz invitada.
Ayudante de dirección: Esther Acevedo.
Segunda ayudante: Laura Ubach.
Máscaras: Raquel Alonso Romero.
Diseño de iluminación: Juan Miguel Alcarria.
Espacio sonoro: Juan Bellia.
Fotografías: Take Rosell.
Diseño de producción: Francisco García-Muñoz (Teatro Vivo)
Duración. 70 minutos
Fecha. 2024

Gracias a: Andrea Alvarez, CELCIT-Teatro La Veleta, Joaquín Hinojosa, África Lafite, Marta Larralde, Vanessa Rasero, Isabel Velarde.

Gracias también a ciertos autores de quienes tomé algunas palabras para construir esta dramaturgia: Juan Carlos Gené; Harold Bloom, Wilson Knight, Oriana Falacci, Jan Kott.

Sinopsis:

Mientras un feroz bombardeo sacude la ciudad, Luca D., director del Karto;el Theater, resiste el asedio en el sótano de su famoso teatro. Ahora está solo, la gran actriz Laura R. ha muerto, y el fantasma de la estrella se hace presente invitándolo a un homenaje a las instancias de su último montaje juntos: La tempestad, de William Shakespeare.

Así, el director rinde una sentida ofrenda a la que fue su musa y compañera de escena.

Mientras tanto, afuera parece haberse desencadenado el Apocalipsis, y un feroz bombardeo -que por momentos no se diferencia de una furiosa tempestad-, amenaza con llevarse por delante lo poco que queda de vida el director y la actriz entran una vez más en el terco rito del teatro.

¿Es que el mundo se ha vuelto loco? ¿Es real el caos del exterior o es la ficción del teatro?

Un emocionante homenaje al teatro y a todos los que en él trabajan haciendo de la terca resistencia su principal arma.

Memoria:

Tsunami es, tal vez, una historia de amor entre dos personas que amaron el teatro por sobre todas las cosas. Una obra que habla de persistir, de dar la vida por lo que amamos hacer, de la soledad y, claro está, del teatro y de Shakespeare, y de la guerra y el horror, y del humor, y de resistir y resistir, y de tantas cosas…

Basándose en La tempestad y sus personajes principales, en las obras de Shakespeare, y en su propia vida, Hernán Gené, monta su nuevo sueño escénico en varios planos entrelazados: uno, el de la ficción de un director atrincherado en el sótano de un teatro bombardeado. Otro, el de la ficción de La tempestad, tan llena de misterios y contradicciones, y plena de similitudes con la vida en el teatro. El tercero, el que ocurre en su propia mente, donde el fantasma de su compañera vive y campa a sus anchas. Otro, el de la supuesta despedida del teatro del Cisne de Avon oculta en su última obra en solitario. Y el cuarto, el real, el de la obra de teatro que se está llevando a cabo aquí y ahora, y que atraviesa todas las épocas y las historias, propias y ajenas.

Escena, capaz de manipular a los personajes, de ponerlos en relación unos con otros, de forjar escenas memorables. De hecho, su poder es el que tiene el director de determinar el destino de sus creaciones, de alterar el espacio y el tiempo, de crear ilusiones vívidas, de hechizar al público.

Una obra acerca de un director; pero también una obra acerca de un director que se refleja a sí mismo en la obra de un director. Hernán Gené vuelve a sumergirse en el universo shakespeariano. Esta vez para hacer un sentido homenaje al mundo del teatro y a sus enormes contradicciones, con su personal e iconoclasta lectura plagada de referencias personales a su vida en el teatro, su infancia, su madre y su padre, las palabras y los personajes de Shakespeare, el clown, las máscaras, el océano infinito, el pop, el Renacimiento, el cine de aventuras, Jorge Luis Borges, Federico Fellini, David Bowie y Corto Maltés.